jueves, 16 de abril de 2015

Tocando Fondo.

Prendo el ventilador, treinta y ocho grados marca el termómetro, abro el libro ''Mala onda''  de Alberto Fuguet, en la radio suena ''Don't Dream it's over'' de Croweded House, relajante pero sin sentido para la angustia que apretaba mi garganta en ese momento. Cierro el libro, las líneas se me juntan, el nudo en la garganta no desaparece. Saco un encendor de color celeste, pequeño  -cortesía de una amiga-, miro al escritorio cerca de mi cama y ojeo la caja de cigarrillos Malboro, saco un cigarro, lo prendo, el humo se disipa, me miento, me digo que esto secará las penas, fumo. Me recuesto en la cama, la ropa me pesa, el cigarro se consume de a poco. Pienso cómo es que llegue a tocar fondo, la vida, las horas, los siglos, los minutos se me pasaban encima, me aplastaban. Me siento sola. Me coloco en la orilla de la cama, cubro mis ojos y recuerdo: Jamás me sentí así, como escapo de ésta mentira, ¿qué fue lo que hice?, no te arrepientas, ¡¿Qué chucha hice?!, no... No te arrepientas. Fumo hasta que el cigarro llega a su punto, la colilla la dejo dentro del cenicero y vuelvo a la cama sin opción alguna o quizás sí, pero ésta vez sinceramente no la quería. Abro el libro, Fuguet se me viene a la mente, la trama me recuerda que toque fondo, que ésta mentira me tiene mal, me tiene chata hace rato, ¿Qué cresta hago? ¿Cómo es que hace segundos mis pensamientos eran tan volátiles?, pero esto me vuelve tan vulnerable, pienso: ¿Cuándo fue la última vez que me sentí tan perdida y sola? Es como si los fantasmas de mis errores rondarán de nuevo. Me quiebro, me siento, lloro. Las lágrimas siguen el sentido curvo de mi cara, apago el ventilador, ya los treinta y ocho grados de calor no parecen importarme. Miro el techo como si hubiera algo de ese color piel me consolara las penas, cierro los ojos y desaparezco o al menos eso quiero.